Su proyecto profesional toma como base la pintura abstracta, cuerpo físico y expresivo de su intensa concepción del mundo, y la poesía, ente espiritual que impregna toda su obra, transformándola. También espacios intermedios, como la poesía visual, la instalación o el video, que ha mostrado en numerosas exposiciones desde 1997.
Estas dos cuestiones, la del mundo físico, del espacio que se desarrolla dentro de la imagen, que crea lugares en los que existir, en los que respirar, y la del mundo espiritual ,a veces enfrentada a ese mundo de lo físico, en busca de si misma, en estado de continua transformación, suponen un tema que se repite a lo largo de toda su obra: la identidad frente al paisaje, inmenso y silencioso: La novia del cielo (2003); la identidad frente al otro, frente a los otros, cuestionada y cuestionándose: en-caja (2006); la identidad en busca de su lugar propio, asumiendo sus contradicciones, el orden y el caos de la existencia: cartografías del caos (2013).
Su concepción del arte aspira a la globalidad, es una necesidad física que existe al ritmo constante y extenuado de la vida, siendo la vida un conjunto de fragmentos que se unen en una fórmula imposible: para ella el arte es una imitación condensada de este mismo concepto.